El capítulo 2 de Escena suspendida, titulado Confesar la Nada parte del recuerdo entrañable de un joven espectador tras haber visto, tiempo atrás, la adaptación escénica de la novela Nada de Janne Teller. En entrevista con Mariana Gándara, la directora de Nada, Mariana Giménez, rememora diversos aspectos sobre la construcción escénica de la obra, especialmente el monólogo de Hans sobre su bicicleta amarilla como el carro amarillo de su papá.