En estos tiempos de confinamiento, nuestra casa trasciende el dormitorio, el comedor o el cuarto de baño, la hemos convertido en salón de clases, oficina, sala de juntas, gimnasio,… e incluso en escenario.
Entre paredes, los bailarines del Taller Coreográfico de la UNAM imaginan y crean historias basadas en la realidad que agobia a la humanidad, danzas producto del distanciamiento.